viernes, 4 de mayo de 2012

Cristo Franciscano

Por: Leticia Morales
Fotografías cortesía de: Ángel Pérez


Este Viernes Santo tuvo un toque diferente ya que después de 417 años vuelve nuevamente a recorrer las calles de Guatemala el Señor Sepultado de San Francisco, este cortejo procesional es uno de los más antiguos, junto al Señor Sepultado de Santo Domingo, en el año de 1,500 estos cortejos eran los únicos que recorrían las calles de la Antigua Guatemala.






Lamentablemente en los años de 1,590 y 1595 la cofradía del Cristo Morto y la cofradía del sepultado de San Francisco tuvieron problemas a tal grado que en el año 1,595 su santidad, el Papa Clemente VIII emite una bula papal, para evitar mas incidentes entre cofradías, acuerda que los franciscanos se inclinaban más en la Vía Dolorosa del Señor y por esa razón ellos tendrían a bien realizar el acto del descendimiento, y Santo Domingo tendría que esperar a que ellos concluyeran su acto para así darle inicio al Cortejo del Señor Sepultado.

Los franciscanos con el deseo de poder darle un acto más solemne al Sepultado aparte del descendimiento, en el año de 1,900 decidieron colocar en andas la imagen del Sepultado, y hacer un pequeño cortejo procesional después del descendimiento, el cual salía solamente al atrio del templo y retornaba al mismo.






Fue hasta este año (2,012) que le la hermandad decidió darle una sorpresa a todos los fieles devotos del Señor Sepultado, dando la noticia de que la imagen saldría nuevamente a bendecir las calles de Guatemala. El cortejo procesional dio inicio a las 04:00 de la tarde para retornar a su templo a eso de las 10 de la noche.

Al frente de las andas la Asociación de Devotos llevaban una cruz de plata como símbolo de la verdadera Cruz de Cristo, en la antigüedad los miembros de la Cofradía usaban una vestimenta el cual cubría su rostro y todos en un solo escuadrón de nazarenos, por lo que este año decidieron hacerlo de la misma manera.









Jesús iba en su urna sobre un catafalco adornado de flores, acompañado por la Virgen Magdalena y San Juan. A Pocos pasos de ellos, se encontraba la Santísima Virgen María reflejando en su mirada tristeza y dolor. Ella llevaba una túnica color negro bordada de oro y el anda también iba adornada de las hermosas flores moradas “Siempre Viva”.

Fue así como este cortejo revivió momentos que quizá muchos ya había olvidado y a pesar de haberse mantenido alejado de las calles, fue admirable ver la cantidad de personas que lo acompañaban, entre feligreses, devotas cargadoras y cucuruchos.


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