Pesar en la Escuela de Cristo

Por: Alfonso Morales
Fotografías: Cortesía de José Maica

Uno de los Viernes Santos más lluviosos que se han dado en la historia de la semana santa guatemalteca han concluido, y como un acto reparador el astro rey aparece sobre la ciudad colonial dando un marco de confort para aquellos corazones apesarados que lloran la muerte del redentor.

Como si fuera un Viernes Santo, el reloj puntualiza las 4 de la tarde, solo que esta vez, el calendario anuncia que es Sábado Santo, los fieles y las fieles devotas a María Santísima se dan cita en la plazoleta de la Escuela de Cristo, todo esta preparado, cuando solamente las notas de Dolor, Consuelo y Alegría se escuchan resonar en el interior del templo.

El cortejo funebre de pesame ha dado inicio, realizando el mismo recorrido que el Señor Sepultado el día Anterior, la imagen más bella de las Dolorosas en América Latina camina por las calles empedradas de la Antigua Guatemala. María Santísima de la Soledad es llevada en hombros de 50 devotos que tal como San Juan y Santa María Magdalena caminan a su lado para compartir el dolor y el luto que llevan en el alma.

Las marchas fúnebres inundan el ambiente, pero esta vez el cielo ha decidido ser benevolente, no hay nubarrones grises, solo un dejo de tristeza caracteristico del Sábado Santo.

Cae la noche, la luz artificial es echada andar, y caminando con María se llega al templo una vez cumplido el recorrido y aunque la nostalgia se deja sentir, el corazón da saltos de alegría pues se sabe que al despertar Cristo Resucitará.