Soledad en San Felipe

Por: Alfonso Morales

Lagrimas de Dolor, ya no hay mas gritos, solo lamentos, el silencio les embarga, es el silencio de la tumba que esta ocupada por el cuerpo del redentor, mientras que aquellos que presenciaron tan cruel barbarie, ahora solo buscan un consuelo.


Las 3 de la tarde han llegado, un día ha pasado desde aquel momento en que Jesús expiró en la cruz y en el Santuario de la Fe, todo es luto, las madrileñas negras agolpan el templo de San Felipe, mientras en hombros levantan a la bella imagen de la señora de Soledad.

Vestida totalmente de Negro, la Madre del Salvador sale en cortejo procesional de pesame acompañada de sus hijos que tratan de darle consuelo en su recorrido.


Caminando las mismas calles que el Señor Sepultado el día anterior, la Virgen de Soledad de San Felipe inicia su caminar por las calles de Jocotenango, para así después dirigirse hacia la Antigua Guatemala.

Esta vez con mejores condiciones climaticas, solamente un leve viento que le sigue, pero sin amenazas de lluvias, un cortejo procesional muy solemne que al caer la noche es acompañada de velas y rezos.


Llegando la medía noche, María Santísima se despide de la Antigua Guatemala, y toma nuevamente esa carretera que la llevará hasta su aldea, la noche antigüeña es distinta el pesar se va disipando conforme pasa la madrugada.

La Señora a vuelto al templo, donde inmediatamente es llevada a su camerín, pues todo tiene que estar listo, para anunciar la alegría de la resurrección.