Por: Leticia Morales
Es el despertar más difícil del año, algunos quizás no duermen, otros quedarán expectantes pues se esta apunto de vivir el ultimo caminar de Cristo, a los pies del Patrón Jurado.
Sin importarles el sueño, frio y cansancio que reflejaban sus rostros, algunos devotos y devotas luego de haber acompañado a Jesús Nazareno de Candelaria "Cristo Rey" se dirigen al templo mercedario, algunos otros se fueron a sus casas a descansar y otros se quedaron en las afueras del templo para poder tener la primicia de ver la salida de este bello cortejo.
La alegoría fue basada en los 200 años de Nuestra Señora de la Mercedes como se le conoció anteriormente, su construcción se inicio el 21 de noviembre de 1,780 y fue inaugurado el día 30 de enero de 1,813.
A eso de las 02:00 de la mañana se podía observa en las afueras del templo centenares de personas, unas sentadas, otras durmiendo, esperando a que se abrieran las puertas del templo para poder vivir de cerca ese momento tan majestuoso en el que son levantadas las andas del señor mercedario. Sin importar que sea tan de madrugada la afluencia de personas crecía grandemente..
A las 03:30 am las puertas son abiertas, unos logran entrar al templo otros solamente logran entrar al atrio. Adentro del templo solamente se podía observar una luz tenue, y los miembros de la hermandad entregaban unas pequeñas velas a los feligreses las cuales son encendidas al momento de que Jesús hiciera su paso frente a ellos.
Exactamente a las 03:45 las andas son levantadas, mientras el templo solamente es iluminado la luz del anda del nazareno mercedario y los rostros de los fieles con las luces de las velas de esta manera inicia su cortejo procesional al compas de la Marcha “Señor Peque”, marcha oficial desde el año de 1,927.
Los feligreses, devotas cargadoras y cucuruchos se arrodilla ante Jesús, que con tan solo con verle a los ojos nos sentimos tan insignificantes ante él, pero que con mucha fe en nuestros corazones acudimos a su templo a implorarle perdón.
Jesús de la merced con su boca a medio abrir, su rostro ensangrentado por la corona de espinas, esas espinas las cuales te hicieron rey, llevas en hombros ese madero tan pesado causa de nuestros pecados, esa mirada tan tierna y tan penetrante reflejando dolor, dolor por haber sido lacerado, golpeado, humillado por personas que no creyeron en ti.
Desde el pasado año 2011, el cortejo procesional ha ido retomando elementos que desde hace varias décadas habían sido quitadas del mismo siendo los pasos que le acompañaban a principios del siglo XX y que fueron retomados es por eso que al frente de Jesús se podían observar las imágenes de Jesús del Pensamiento, Jesús de la Columna, Jesús Flagelado, el apostol Pedro, y la Verónica.
Posteriormente acompañando a la Santisima Madre, las imagenes de San Juan y Santa María Magdalena, mientras que la imagen de la Virgen María nos recuerda que es fuente de inspiración para todos nosotros, ella nos ha enseñado a seguir a su hijo amado.
María es la que hizo posible la venida de nuestro salvador aceptando la misión que Dios le impuso, aún sabiendo de que su hijo daría la vida por nosotros. Es por ese motivo que siempre se le puede ver en los cortejos acompañando a Jesús con un rostro triste pero aceptando con humildad los designios de Dios.
A las 7:00 am el cortejo hizo su paso por el parque Jocotenango, la luces de las andas fueron apagadas, el frio empezaba a desaparecer y el sol a lo lejos se dejaba ver, listo y dispuesto a salir para darle un toque mágico a este cortejo.
Mientras transcurre la mañana, las filas de devotos cargadores se hacen más grandes, el morado penitente llena las calles del centro histórico, poco a poco llega al parque central y cobra de nuevo vida la leyenda, es medio día, y Jesús de la Merced al pasar frente a catedral, suda, como decían los abuelos, es el peso de nuestros pecados el que lo hace sudar.
La hora es ininterrumpida y estricta, Jesús de la Merced no puede estar más allá de las 3 de la tarde fuera de su templo, así que siendo las 2:30 de la tarde, el Nazareno vuelve al templo.
El viernes santo es el único día en que las personas se olvidan de dormir, el sueño, el cansancio y el frio no existe, es el día en el que solamente existe Jesús de la Merced nuestro Patrón Jurado, nuestro símbolo de fe, él cual lleva a todas esa persona a darle un paso digno frente a sus humildes viviendas preparando unas bellas alfombras, llenas de color y vida.
Con semblante de tristeza, con paso lento y con el corazón oprimido acompañamos al Patrón Jurado en su camino al Gólgota donde será crucificado y muerto para la salvación de la humanidad.