Reseña Antigüeña

Por: Alfonso Morales

Calor de Domingo de Ramos se deja sentir por las calles y avenidas de la Antigua Guatemala, el morado penitente se mezclan con los tapasoles blancos que buscan un solo punto, el templo de Nuestra Señora de las Mercedes.


Son las 11 de la Mañana, y todos los cucuruchos se concentran en un templo de gran historia, pero que con la devoción que muestra su pueblo se ve pequeño, no cabe un alma más cuando el timbre sueña, y es Jesús Nazareno que se levanta en hombros en su tradicional cortejo llamado "La Reseña".

Antigüeños, capitalinos, extranjeros, todos se quedan atónitos al ver pasar al Nazareno del templo de la Merced de Antigua Guatemala que este domingo nos evangelizaba con este mensaje:

En aquel tiempo, dijo Jesús: Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: "¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!" Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan." Pero las prudentes replicaron: "No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: "¡Señor, señor, ábrenos!" Pero él respondió: "En verdad os digo que no os conozco."Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora". 

Este cortejo procesional se caracteriza porque lleva una alegoría en la cual se muestra un mensaje bíblico especifico, asi también Jesús porta una corona de espinas y un resplandor metálico, una cruz bellamente elaborada y una túnica igualmente bordada, a diferencia del cortejo procesional del viernes santo en la cual la imagen del nazareno luce con una túnica sin bordados, una corona de espinas de madera, una cruz rustica y se presenta entre un campo de piedras y espinos para darle un toque netamente penitencial.

El cortejo procesional ya tradicional del Domingo de Ramos tras realizar un recorrido procesional de poco más de 12 horas vuelve a su templo luego de haber impartido sus bendiciones retorno al templo al filo de la media noche, dejando preparada a la próxima tanda que tendrá el honor de egresarlo del templo para el próximo Viernes Santo.