Cuántos
recuerdos sin lugar a dudas volvieron a las mentes de los devotos que en alguna
ocasión cuando eran niños también se iniciaron cargando al Niño de la Demanda.
Con una hermosa sonrisa los pequeños esperaban ansiosos en cada esquina y de
rodillas observaban a Jesús de la Demanda. La alegoría de las andas que
llevaron al Niño de la Demanda fueron alusivas al Bicentenario del Templo de la
Merced, el cual se estará cumpliendo el año próximo.
En
la parte de adelante se podían observar dos ángeles con una trompeta en las
manos, en la parte central sobre un catafalco destacaba la Consagrada Imagen
del Niño de la Demanda luciendo una hermosa túnica color dorado, delante del
catafalco sobresalía el escudo mercedario. En esta oportunidad el Niño de la
Demanda iba sin su corona de espinas, sólo llevaba su cruz a cuestas. En la
parte posterior una réplica muy hermosa de la cúpula del Templo Mercedario.
Detrás de Jesús como siempre la bendita Virgen María, la Madre de Jesucristo y madre nuestra, la pura, sin pecado concebido, quien era llevaba sobre los hombros de sus pequeñas devotas cargadoras quienes con sus vestidos blancos y su madrileña sobre su cabeza simbolizaron la pureza que existe en ellas. La alegoría que se plasmó en las andas de la Santísima Virgen María también fue relativa al Bicentenario del Templo de la Merced. En la parte de enfrente se podía observar un cirio pascual acompañado de 200 velas las cuales representaban el Bicentenario de la Merced, quienes iban en la parte de adelante y de atrás de las andas. En el Centro la Madre del Señor quien lució una hermosa tunicela en colores verde y dorado con un manto verde.
Detrás de Jesús como siempre la bendita Virgen María, la Madre de Jesucristo y madre nuestra, la pura, sin pecado concebido, quien era llevaba sobre los hombros de sus pequeñas devotas cargadoras quienes con sus vestidos blancos y su madrileña sobre su cabeza simbolizaron la pureza que existe en ellas. La alegoría que se plasmó en las andas de la Santísima Virgen María también fue relativa al Bicentenario del Templo de la Merced. En la parte de enfrente se podía observar un cirio pascual acompañado de 200 velas las cuales representaban el Bicentenario de la Merced, quienes iban en la parte de adelante y de atrás de las andas. En el Centro la Madre del Señor quien lució una hermosa tunicela en colores verde y dorado con un manto verde.
Y
como en los cortejos procesionales mayores no podían faltar las notas de las
marchas fúnebres que acompañaron tanto a la Imagen del Niño Jesús como a la de
la Santísima Virgen María. Largas filas de niños y niñas caminaban junto a
Jesús y María desde su salida hasta la entrada a su Templo. Varias alfombras se
pudieron observar durante el paso de la procesión. Hubo un momento muy emotivo
en donde el cortejo procesional de Jesús Nazareno del Consuelo y la procesión
infantil del Niño de la Demanda se encontraron en la primera calle y décima
avenida “A” de la zona 1.
Fue así como se volvió a vivir un sábado anterior a Ramos junto al Niño de la Demanda y Santísima Virgen de Dolores. Con el fervor a plenitud y con la alegría y la satisfacción de haber acompañado a Jesús y con el agradecimiento al Creador por permitir que estas manifestaciones de fe sigan sirviendo como un medio de evangelización para todos.
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