Rey Del Universo

Por: Lizbeth Ventura

En las vísperas del Domingo de Ramos los devotos de Jesús de los Milagros se preparaban para la ardua jornada que les esperaba y con la misma ilusión de la primera vez que llevaron en hombros al Soberano Señor de los Milagros, de igual forma se revistieron con su túnica y capirote morados; paletina y cinturón negros y guantes blancos.

En el interior del Santuario Arquidiocesano del Señor San José las andas del “Rey del Universo y Santísima Virgen de Dolores”, descansan sobre sus doseles esperando ser levantadas por los integrantes del turno Honor Salida. Las agujas del reloj marcaron las 7 de la mañana y bajo los acordes de la sentida marcha fúnebre Mater Dolorosa de la inspiración de Julia Quiñónez fueron elevadas las andas de Jesús, seguidamente fueron interpretadas las notas de la marcha Jesús de San José, del compositor Miguel Ángel Sosa Ponce.

Rodillas al suelo porque el “Rey del Universo” sale una vez más a recorrer las calles impartiendo sus bendiciones a su paso. Precedían el cortejo procesional un grupo de romanos quienes en cada esquina interpretaban fanfarrias anunciando la llegada del Señor. Seguidamente un medallón con la sentencia y las catorce estaciones del Santo Vía Crucis.

Largas filas de cucuruchos antecedieron el paso del Nazareno de los Milagros, desde su salida del Santuario hasta la entrada al mismo. Era impresionante ver las calles de morado penitente y de miles de personas a la espera del paso de Jesús y de la Santísima Virgen María. Los vecinos de la Avenida de los Árboles esperaban ansiosos la llegada de Jesús de los Milagros con hermosas alfombras multicolores, las cuales habían elaborado con muchas horas de anticipación. El cansancio y el desvelo se observaba en sus rostros pero la emoción de ver al Nazareno de San José superaba cualquier obstáculo.

La Reina del Domingo de Ramos acompañó a su Hijo junto al Apóstol Juan y a María Magdalena. Miles de devotas cargadoras vestidas de negro caminaron junto a la excelsa Madre de Dios durante su recorrido y la llevaron sobre sus hombros, aunque una cuadra se les hiciera tan corta pues hubiesen querido que el tiempo se prolongara.

Domingo de Ramos día de la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, “Bendito el que viene en nombre del Señor” ¡Hosanna, Hosanna al Hijo de David! Los fieles llevaban sus ramos en las manos, los cuales llevaron a bendecir a los distintos Templos y Parroquias.

Más de una centuria de músicos acompañaron al “Rey del Universo”, durante su recorrido procesional, quienes estuvieron dirigidos por el profesor Willver Johann Hernández Castillo. 

También la Santísima Virgen María llevaba una banda de aproximadamente ochenta y cinco filarmónicos dirigidos por el maestro Luis Adolfo Pirir Ávila, quienes interpretaron melodías como El Llanto de la Virgen, La Dolorosa de San José, La Sollevazione di Cristo entre otras.

Jesús de los Milagros lució una bella túnica color morado que hacía juego con las hermosas estaticias que llevaba en las andas. El mensaje procesional invitaba a predicar la palabra de Dios, pues Jesús dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”. La Reina del Domingo de Ramos iba revestida con un ajuar en color rojo con bordados en hilos de oro.

A eso de las 14:30 horas Jesús de los Milagros y la Santísima Virgen de Dolores hicieron su paso frente a Santa Iglesia Catedral Metropolitana, en donde fueron recibidos por miles de devotos. Momentos muy emotivos se vivieron cuando Monseñor Oscar Julio Vián Morales salió a bendecir e incensariar las andas diciendo: “Eleva Señor nuestras plegarias, como se eleva el incienso”

El ingreso del cortejo procesional estaba programado para ingresar al Santuario a las 12 de la media noche, pero como siempre surgen imprevistos retornó a la 1 de la madrugada, y pese a que el Lunes Santo es un día laboral las personas esperaron que el “Rey del Universo y la Virgen de Dolores” regresaran a su Templo, concluyendo así un Domingo de Ramos con la nostalgia pero a la vez con el anhelo de que el Creador nos permita llegar al próximo Domingo de Ramos.