Por: Alfonso Morales
Nazareno de dulce mirada, de tez morena, de rostro al
frente, rodeado de nubes eres el centro, tal como vienen tus fieles a pedirte a
tus pies, que seas el centro de cada una de sus vidas.
Así daba inicio una de las velaciones de mayor auge en la
ciudad colonial, la tradicional velación de la consagrada imagen de Jesús
Nazareno de Santa Ana, que como cada cuarto viernes de cuaresma es colocado en
un bello altar elaborado por los miembros de la hermandad.
“Vi entonces en la mano derecha del que esta sentado en
el trono un libro en forma de rollo escrito por los dos lados y sellados con
siete sellos. Vi también a un ángel formidable que proclamaba con voz potente:
"¿Quien es digno de abrir el libro y de abrir los sellos?. Y no se encontró a nadie ni en el cielo, ni
en la tierra, ni en el mundo de abajo, que fuera capaz de abrir el libro y
leerlo”
Este pasaje no recuerda el libro de los 7 sellos, y como
en este caso Jesús quien es el cordero de Dios es quien nos va revelando que en
el esta la vida y que el viene a ser el centro de todo.
Rodeado por los 24 ancianos, los símbolos delos 4
evangelistas y acompañado por la imagen del Padre Eterno y junto a el 7 llamas
representando los 7 sellos, el Nazareno de Santa Ana revestido con túnica blanca
era expuesto a la feligresía que se hizo presente desde las 6 de la mañana
hasta las 11 de la noche.
Así también para todos los presentes, pudieron observar
muy de carca la cruz y las túnicas que no solo Jesús si no también la Santísima
Virgen usaran en su cortejo del cuarto domingo de cuaresma.
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