Por:
Lizbeth Ventura
“Fue muerto por nuestros pecados” era
la frase que se podía leer en un medallón que iba al frente de las andas de la
Consagrada Imagen de Jesús Nazareno del Desamparo, quien como todos los años
cada Quinto Domingo de Cuaresma sale a impartir sus santas bendiciones por las
calles del conocido Guarda Viejo, acompañado de la Santísima Virgen de Dolores.
Los vecinos y devotos de Jesús del Desamparo expresaron su fe y su amor realizando coloridas alfombras de aserrín, pino, corozo y flores, las cuales sirvieron de preámbulo para recibir al Nazareno de la Divina Providencia. Jesús del Desamparo lució una túnica muy sencilla color corinto, en la parte posterior de las andas se encontraba la Verónica, mujer que al momento de que Jesús caminaba con la cruz a cuestas secó el rostro del Maestro con un manto blanco, en el cual quedó el rostro del Señor.
Momentos
muy hermosos y emotivos se vivieron en dicho cortejo procesional, pues como
nuestro Señor nos lo ha pedido, que amemos a nuestro prójimo como a nosotros
mismos, algunos vecinos de la zona 8 salieron a repartir helados a los miembros
de la Hermandad de la Consagrada Imagen de Jesús del Desamparo y otras
Hermandades invitadas, mostrando así su amor y solidaridad con el prójimo.
La
Santísima Virgen María lució una tunicela y un manto en color verde, y en sus
manos portaba un rosario. En la parte frontal de las andas se observaba un
medallón en donde decía “Por los pecados
del mundo vio a Jesús en tan profundo dolor”, a continuación dos hermosos
angelitos, uno a su derecha portando las insignias de la pasión de Cristo, y el
otro a su izquierda con un copón en las manos, símbolo de la sangre derramada
por nuestro Señor en la Cruz, completaban
el adorno bellas flores artesanales.
En
horas de la tarde la afluencia de los devotos cargadores fue poca, teniendo los
miembros de la Hermandad que llamar a las personas para que llevaran en hombros
a la Santísima Virgen. Por lo cual les hago la invitación para que el próximo
año acompañen las procesiones de nuestros barrios, para así poder lograr que
vayan creciendo en devotos cargadores y así no desaparezcan. Recordemos que
nuestro Señor Jesús está en todas partes, y no importa si la procesión es
pequeña o grande, lo que verdaderamente importa es que las manifestaciones de
fe que hagamos las realicemos con amor y fe.
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