martes, 13 de marzo de 2012

Adorable Jesús del Consuelo


Por: Sergio Osegueda

Su dulce mirada y su tierno rostro han sido fuente de inspiración para muchos de sus devotos, pero sin duda alguna la creada en fray Miguel Angel Murcia Muñoz y el periodista Mario Sandoval Figueroa, han sobrepasado los años.

Apenas en el 2011 se cumplían 50 desde aquel momento en el que fuera estrenada la marcha “Jesús Del Consuelo” que con una duración de 8 minutos y medio se convirtiera en la marcha oficial del Nazareno Recoleto. Estrenada en la Semana Santa de 1961 junto a las notas de “Sudor de Sangre”.

La diferencia es que la marcha “Jesús del Consuelo” no venia sola, sino traía consigo una letra la que hasta hoy sigue siendo motivo de sentimientos encontrados para aquellos que tienen un encuentro con Dios a través de esta bella imagen.

Además al momento en que la marcha fue entregada, Fray Miguel Murcia entrega un poema del cual colocamos un extracto del mismo.
 
“Bella imagen expresiva y milagrosa,

son tus ojos un abismo de ternura,

que al mirarnos se hace dulce la amargura,

transformando nuestra espina en bella rosa.

Nueva marcha te dedico, Jesús bueno...

 puse en ella toda mi alma y corazón,

y escuchando sus cadencias melodiosas

con plegarias y oraciones fervorosas

yo quisiera aliviarte en tu dolor.

En la parte primera de mi marcha...

van tus penas y angustias expresadas

va tu cruz tan terrible, tan pesadas tus caídas,

tus quebrantos


tus profundos dolores y tus llantos.”



He aquí pues la letra de la marcha “Jesús del Consuelo”, música inspiración de Fray Miguel Ángel Murcia Muñoz y letra de Mario Sandoval Figueroa


Adorable Jesús del consuelo,
Fuente eterna de paz y bendición,
Nuestras almas indignas del cielo,
Otra vez te suplican perdón.
Te rogamos nos cubras con tu velo,
Que disipa la angustia y la opresión,
Y nos nutra el viviente arroyuelo,
De la sangre de tu corazón.
Con tu amor paternal sin paralelo,
La amargura se vuelve una canción,
Desaparecen las horas de duelo,
Y es el alma feliz oración.
Deja pues oh Jesús del consuelo,
Se realice esta humilde ambición,
Y nuestra alma se torne un pañuelo,
Con la mas admirable impresión.
Pero también ansiamos prometerte,
Que a lo largo y ancho del sendero,
Ira un amor constante, puro y fuerte,
Tras de tu amor, tras de tu amor como un lucero.
Así estarás reinando en nuestras vidas,
Como ha sido por siempre tu deseo,
Se borraran las llagas escondidas,
Al confesar, al confesar “en ti yo creo”.
En pos de ti que venga con dulzura,
Perfumado clavel al medio día,
El manantial mayor de la hermosura,
La angelical, la angelical virgen Maria.
Oh redentor, oh Jesús del consuelo,
Alimento supremo de la vida,
Deja que un día veamos en el cielo,
Tu dulce faz, tu dulce faz enternecida.


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