Por: Sergio Osegueda
Es cada gota de sangre que has derramado, como un acto
purificador el rojo vivo de vida salva la nuestra, son los escarnios los que
demuestran nuestra bajeza pero que nos enseñan tu grandeza.
Suena en el interior del templo de San Francisco la
Sangre de Cristo de Demetrio Mendieta, esta vez una hora antes a lo
acostumbrado para así ser levantada en hombros la venerada imagen del Cristo
Crucificado de la Preciosa Sangre, que cada quinto viernes de cuaresma sale a
recorrer las calles del centro histórico.
Pero este 2012 no será como los anteriores, pues el reloj
ha marcado las 4 en punto y Jesús ya se enfila a impartir sus bendiciones,
Nuestra Madre de Soledad también nos sorprende y en vez de portar el luto
riguroso en sus ropas nos muestra bella túnica blanca con un manto rojo.
Enfilándose por la 14 calle llega el primer cambio,
cruzando inmediatamente hacia el colegio El Rosario donde es bienvenido de una
manera especial, prosiguiendo sus pasos el mismo llega nuevamente hasta la
avenida Centroamérica, para así impartir las bendiciones a todos los pacientes
del hospital Jorge Von Ahn.
Mientras pasa el tiempo el Cristo de la Preciosa Sangre
se enfila por la primera avenida pasando por la Capilla del Señor de las
Misericordias punto donde se da otro cambio especial, por primera vez sigue
recto la primera avenida hasta la 5ta calle y busca su paso frente a Santa
Catalina y así buscar Palacio Nacional, Catedral Metropolitana y Portal del
Comercio.
Con la solemnidad del cortejo, este inicia su viaje de
retorno al templo haciendo total gala de la Calle Real hoy sexta avenida por
donde se enfila para llegar a su templo en la 13 calle.
Como lo marcaba el estimado, el Cristo vuelve a su
recinto a las 10:30 de la noche habiendo cumplido con su misión evangelizadora.
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