domingo, 18 de marzo de 2012

Pequeños Portadores de Esperanza


 Por: Lizbeth Ventura

A eso de las tres de la tarde fueron levantadas las andas que portaron al Niño de la Dulce Mirada y Santísima Virgen de Dolores, de la Parroquia Jesús Resucitado, ubicada en la Colonia Primero de Julio de la Zona 5 de Mixco. Dicha procesión Infantil se realiza cada Cuarto Sábado de Cuaresma, una semana previa al cortejo procesional de Jesús del Sacrificio.

La inocencia y la ternura volvieron a observarse en los rostros de los niños y niñas que quienes con emoción y mucha devoción llevaron sobre sus pequeños hombros a las imágenes del Niño Jesús y Santísima Virgen María. Fueron muchos los niños que acudieron de la mano de sus padres a la procesión Infantil de la Parroquia Jesús Resucitado.
 
El mensaje procesional que llevaban las andas del Niño de la Dulce Mirada fue tomado del Evangelio según San Mateo 8; 23-26, el cual literalmente dice así: Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. Se levantó una tormenta muy violenta en el lago, con olas que cubrían la barca, pero él dormía. Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: “¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!” Pero él les dijo: “¡Qué miedosos son ustedes!” ¡Qué poca fe tienen! Entonces se levantó, dio una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma.

En la parte de enfrente de las andas sobre una piedra se podía leer: “No Temas”, seguidamente sobre una barca el Niño de la Dulce Mirada luciendo una hermosa túnica color celeste, quien estaba acompañado de dos de sus discípulos, uno en la parte de adelante y el otro atrás recogiendo una red llena de pescados. Cerraba el conjunto una cruz símbolo de redención y resurrección con las palabras “Pescador de Hombres”.

La alegoría de las andas de la santísima Virgen María fue tomada del Evangelio según San Juan 2; 1-12. El cual habla sobre el primer milagro realizado por Jesús, en la Boda de Caná. En la parte de enfrente de las andas se podía leer: “Bodas de Caná”, seguidamente unas mujeres con jarrones vacíos en las manos, también habían jarrones llenos de vino, mostrando el milagro de Jesús. En el centro la Imagen de la Santísima Virgen María sobre un catafalco, luciendo una bella tunicela color beige con un manto verde. En la parte posterior cierra el conjunto con las palabras “Hagan lo que él les diga”.

Y como en todo cortejo procesional la música sacra no podía faltar, pues una banda de músicos iba acompañando ambas procesiones. Además de los vendedores de chupetes, algodones, helados, juguetes, etc. Por las calles las alfombras ornamentaban el ambiente y el aroma a pino y corozo deleitaban el olfato de los asistentes.

Cuántos gratos recuerdos le traerán sin duda alguna las procesiones infantiles, pues es allí donde se forjan los cucuruchos y las devotas cargadoras. Pidámosle a nuestro Señor Jesucristo que nos permita volver a tener esa inocencia, esa alegría, esa ternura, esa tolerancia, ese don de amistad que tienen los niños. Bien lo dijo el maestro: “Quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” (Marcos 10; 15). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario