Por: Sergio Osegueda
Una mirada perdida al vacío, un rostro pálido que es recorrido por leves hilos de sangre, una boca entreabierta que hace notar la fatiga que trae consigo el peso de la cruz mientras va camino al calvario.
Llegar a la esquina de la novena avenida y catorce calle de la zona central es tener un encuentro con Jesús representado en la imagen de Jesús Nazareno de las 3 Gracias, misma que e venera en el templo de Beatas de Belén, y que este segundo domingo de cuaresma fue venerado en solemne velación por todos los fieles.
Revestido con una túnica de color verde bordado en hilos de oro y portando una cruz sencilla el Nazareno de las 3 Gracias fue colocado en el frente del altar mayor para que todo aquel que así lo deseaba colocará sus peticiones al pie de la imagen.
Se destaca que como parte de este acto tan personal, la hermandad proporcionó unos pequeños algodones para que las personas pudieran limpiar el pie de la imagen y así llevárselo como un recuerdo, mientras realizaban su oración.
Todo este ambiente fue rodeado de una mística acompañado de velas y el sonido de las marchas fúnebres que inundaban el templo y que formaban todo lo necesario para que el feligrés pudiera sentirse más cerca del creador y tuviera esos momentos de paz y reflexión que todos necesitamos.
A las 6 de la tarde la santa eucaristía ponía fin a esta solemne velación, la cual deja como preparación y espera para el cortejo penitencial del próximo viernes.
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