Por: Alfonso Morales
Cientos de files se agolpan en la entrada principal a la ciudad colonial, un acceso totalmente bloqueado por la fe y la devoción de un pueblo católico que expectante espera la salida del nazareno. En lo alto, se yergue una pequeña capilla dedicada a Santa Inés del Montepulciano.
El calor del medio día sofocaba, mientras el reloj puntualiza la 1 de la tarde para que el anda procesional de Jesús Nazareno sea levantado en hombros de 50 devotos cargadores, distribuidos en 20 tandas y así impartir sus santas bendiciones por las calles de la ciudad de las perpetúas rosas.
Su mensaje evangelizador: "Yo bendeciré a todos los pueblos de la tierra", para fortalecer nuestro espíritu y la comunión de Dios, debemos mantener firmes en nuestra fé, tanto en los tiempos de alegría y bendición, como en los tiempos difíciles y sin esperanza.
Basado en esto, la alegoría procesional nos presentaba, al frente del anda tallada en piedra laja la frase evangelizadora "Yo bendeciré a todos los pueblos de la tierra". Seguidamente la escena entre Abraham que esta apunto de sacrificar a su hijo Issac, como muestra de obediencia a Dios; quien es detenido por un ángel que promete colmar de bendiciones a todos sus descendientes, enredado en un zarzal, el cordero que seria ejecutado posteriormente como sacrificio por amor a Dios.
Al centro del anda sobre una fuente ornamental de corte italiano, que enmarcada por cuatro gárgolas en forma de leones, apreciamos a la venerada imagen de Jesús Nazareno de Santa Inés, ataviado con túnica de color morado penitente, dos medallones bellamente labrados enmarcan el escudo oficial de la hermandad. Flanqueando los cuatro extremos de dicha fuente cuatro faroles acordes al estilo ornamental.
Cierra el conjunto del pasaje bíblico, la imagen del padre todo poderoso Dios de redención, custodiado por dos ángeles quienes observan desde los alto de los cielos la obediencia del mundo entero.
Así también fue acompañado por la imagen de su Madre Santísima quien fielmente le acompaño en su camino hasta el golgota y que a su vez es acompañada por los devotos que tratan con su presencia aliviar su dolor.
El cortejo, luego de recorrer las calles empedradas de la Antigua Guatemala retorno a su templo al filo de las 11 de la noche.
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