La Cuaresma y Semana Santa , también se caracteriza por tener un sello gastronómico que deleita no solamente a los cucuruchos y devotas cargadoras que se caracterizan por ser partícipes de la misma, sino también por toda su población.
Y es que durante esta época, las suculentas recetas que se colocan sobre la mesa varían en esta tradición tan arraigada a nuestra cultura culinaria de la época.
El pescado a la vizcaína y bacalao, por influencias españolas se constituyen de los platillos principales más consumidos; las pacayas envueltas en huevo y los curtidos caracterizan también algunas de las comidas populares. Por supuesto el legado gastronómico es tan amplio, en la gama de la repostería se encuentran las empanadas de leche, las torrejas, los garbanzos en miel, el manjar de leche por mencionar algunas.
Las frutas como los mangos, las naranjas, melocotón y chilacayotes entre otras, en su mayoría ahogadas en salsa de miel de azúcar o panela. Las canillitas de leche blancas o morenas, conservas de camote con leche, higos, los tan conocidos chupetes y las espumillas, forman parte de los tradicionales dulces típicos elaborados en su mayoría en el interior del país.
No puede faltar la ingesta de bebidas tales como las aguas frescas de súchiles, chilacayote y tamarindo por mencionar algunas. Elaborado a base de limón real, encontramos el Chinchivir, energético y refrescante que cobró gran popularidad en Antigua Guatemala.
Nuestro país, que se caracteriza por hacer propio el concepto de la época de las jacarandas, el corozo y las sentidas marchas fúnebres que acompañan los recorridos procesionales de las veneradas imágenes de pasión y en la alegría de la resurrección. Se plasma con una fusión de aromas, colores, texturas y sabores que deleitan el apetito guatemalteco y que únicamente se disfruta durante la Cuaresma y Semana Santa de Guatemala.
No hay comentarios:
Publicar un comentario